En un post anterior os hablamos de las experiencias cercanas a muerte o ECM. Un fenómeno, estudiado por la parapsicología, cuanto menos inquietante. Hoy os queríamos describir algunas hipótesis que se han dado para poder explicarlas.
Explicaciones sobrenaturales
Una explicación posible a estas experiencias es de tipo metafísico o místico. Se basan en la creencia de que nuestro espíritu, mente o alma se separa de nuestro cuerpo físico y esta disgregación es la responsable de este tipo de experiencias que no son posibles durante la vida. Solo en el momento de morir, que es cuando se separa nuestra mente de nuestro cuerpo se experimentan este tipo de fenómenos.
Esta explicación se basa completamente en la fe del individuo y no se puede corroborar, hecho que hace que unas personas se arraiguen a ella y otros la desaprueben por no poderse demostrar.
Explicaciones naturales (científicas): farmacológica, fisiológica y neurológica
Hay casos que apoyan la explicación farmacológica como responsable de este tipo de experiencias. Supone que estas experiencias están causadas por las medicinas administradas al enfermo en el momento de la crisis. El caso más significativo es que hay algunos fármacos que producen experiencias y estados mentales engañosos y alucinatorios. Existen incluso muchas drogas médicamente aceptadas que se asocian a diversos efectos en la mente que pueden recordar a los acontecimientos de la experiencia de morir. El ejemplo que más se asemeja a este tipo de experiencias es el de los anestésicos. Por ejemplo, la cetamina es un anestésico que se aplica mediante inyección intravenosa con efectos similares en algunos aspectos a las experiencias externas al cuerpo. Ha sido calificado de anestésico disociativo porque durante la inducción el paciente puede quedar sin respuesta no sólo al dolor sino también al entorno; se siente disociado de su entorno, incluyendo en él las partes de su propio cuerpo. Después de la recuperación, durante cierto tiempo puede tener disturbios psicológicos, como alucinaciones y sueños muy vívidos. Hay algunos puntos de similitud entre esta experiencia y las ECM. En ambas se describe una luz brillante y blanca, hay un encuentro con otros que lo llevan al otro lado y no hay preocupación por estar muerto. También hay dos aspectos que sugieren una experiencia externa al cuerpo: la impresión de que se oye desde arriba las voces del médico y la sensación de flotar.
Sin embargo, hay otros detalles de esta experiencia que difieren de los ocurridos durante una ECM. La luz brillante no es personificada y no se producen inefables sentimientos de paz y felicidad. La descripción del otro mundo está muy literaturizada y muy de acuerdo con las enseñanzas religiosas recibidas; los seres son identificados con ángeles y se habla de ir al cielo. No hay visiones del propio cuerpo. Los individuos expresan repetidamente la vaguedad de su experiencia y ésta no tiene efectos sobre su creencia en un más allá, de hecho, siguen teniendo dudas sobre la supervivencia a la muerte corporal.
Por otro lado, hay casos que desaprueban la explicación farmacológica de estos fenómenos. Muchas personas han insistido en que la experiencia tuvo lugar antes de que les suministraran cualquier tipo de medicación, en algunos casos antes de que obtuvieran cualquier tipo de atención médica. Y hay muchos casos en lo que no se administró ninguna droga antes de la experiencia, y en algunos ni siquiera fue administrada con posterioridad. Incluso en los ejemplos en que sí se administraron drogas terapéuticas, la variedad de los medicamentos empleados con los diferentes pacientes es enorme. Desde sustancias como la aspirina, pasando por antibióticos y adrenalina hormonal, a anestésicos locales y gaseosos. Y la mayor parte de las drogas no se asocian con efectos sobre el sistema nervioso central o con efectos físicos.
Una explicación fisiológica de las experiencias cercanas a la muerte es que debido a que el abastecimiento de oxígeno al cerebro se suspende durante la muerte clínica y en otros casos de grave tensión corporal, el fenómeno percibido representa una compensación del cerebro moribundo.
El error principal de esta hipótesis es que muchas experiencias se produjeron con anterioridad a cualquier tensión fisiológica. En algunos casos ni siquiera hubo daño corporal.
La explicación neurológica sostiene que en determinadas condiciones neurológicas se observan fenómenos similares a los asociados con las experiencias cercanas a la muerte. En concreto, existe cierto paralelismo en cuanto a la revisión de los acontecimientos vividos y a las experiencias externas del cuerpo en pacientes neurológicos y en personas que han experimentado una ECM.
En cuanto a la revisión de los acontecimientos vividos, en ambas situaciones, las imágenes visuales se presentan independientemente de la intención por parte del individuo, son increíblemente vívidas y en tres dimensiones, se producen con gran rapidez y durante la visión de las mismas existe una distorsión del tiempo. Sin embargo, las imágenes no suceden en el orden que tuvieron en vida y no son vistas en una visión unificadora, no se refieren a acontecimientos significativos de la vida de la persona, siendo éstas triviales, por lo que no parecen tener un motivo de juicio para el individuo.
Las experiencias externas al cuerpo de las ECM tienen un análogo neurológico en las llamadas alucinaciones autoscópicas. En esas extrañas visiones, el sujeto ve una proyección de sí mismo en su propio campo visual. El extraño doble imita las expresiones faciales y movimientos corporales de su original, que se encuentra totalmente confundido cuando ve una imagen de sí mismo a distancia, generalmente enfrente de él. Mientras que en un paciente neurológico, el fantasma autoscópico siempre se percibe como vivo, el sujeto puede oír a su doble hablándole, y éste es visto a partir del pecho o el cuello; en las experiencias externas al cuerpo asociadas a las ECM, el cuerpo es visto como si no tuviera vida, no entabla conversación con la persona, y se ve en su totalidad, a no ser que esté parcialmente cubierto u oculto.
Explicaciones psicológicas
La investigación del aislamiento es el estudio de lo que le ocurre a la mente y al cuerpo de una persona cuando es aislada; por ejemplo, separándola de todo contacto social con otros seres humanos o siendo sometida a una tarea monótona y repetitiva durante largos periodos de tiempo.
Un ejemplo son las experiencias de los exploradores polares o de supervivientes solitarios de naufragios. Durante las últimas décadas los científicos han tratado de investigar fenómenos similares bajo condiciones de laboratorio. Una técnica consiste en suspender a un voluntario en un tanque de agua que esté a la misma temperatura que el cuerpo. Así se minimizan las sensaciones de peso y temperatura. Se le vendan los ojos y taponan los oídos para intensificar el efecto del tanque a prueba de oscuridad y sonidos, y se les meten los brazos en tubos para que no pueda moverlos y se sienta privado de muchas de las sensaciones normales de movimiento y posición. Bajo estas y otras condiciones de soledad, algunos individuos han experimentado inusuales fenómenos psicológicos que conservan semejanzas con las ECM.
Algunos fenómenos cercanos a la muerte que se produce en los relatos de experiencias de aislación son la visión panorámica de los acontecimientos vividos, encuentros con los espíritus de gente que ha fallecido, distorsiones del sentido del tiempo, sentimientos de estar parcialmente disociado del cuerpo, resistencia a volver a la civilización o a abandonar la aislación y sensación de estar unido al universo y regreso a la civilización con un profundo cambio de valores.
Cabe destacar que hay algunos aspectos de las situaciones de muerte semejantes a los rasgos encontrados en las experiencias y estudios de aislación que pueden explicar las semejanzas de ambos fenómenos. Los pacientes que están cerca de la muerte frecuentemente se encuentran aislados e inmóviles en las salas de los hospitales, en unas condiciones disminuidas de luz y sonido, y sin visitantes.
A pesar de las coincidencias, los resultados de la investigación de la aislación no suministran una explicación satisfactoria de las experiencias próximas a la muerte ya que los diversos fenómenos mentales producidos en las condiciones de aislación no pueden, ellos mismos, ser explicados por ninguna teoría.
Otra explicación psicológica afirma que estas estas experiencias son sueños o alucinaciones. Esta postura defiende que las ECM son sólo sueños de cumplimientos de deseos, fantasías o alucinaciones puestos en juego por diversos factores, como drogas, anoxia cerebral, aislamiento, etc.
Sin embargo, hay varios factores que se oponen a ello. En primer lugar, la consideración de la gran similitud en contenido y progresión que encontramos entre las descripciones, a pesar de que los elementos más generalmente informados no coinciden con lo que cabría esperar de las posibilidades imaginativas de nuestro medio cultural con respecto a la muerte. En segundo lugar, las personas no son víctimas de psicosis, son gente normal y emocionalmente estable, con buena adaptación social, que tienen trabajos y posiciones de importancia y los desarrollan con responsabilidad, y cuyos matrimonios son estables y están adaptados a sus familiares y amigos. En tercer y último lugar, casi ninguna de estas personas ha tenido más de una experiencia extraordinaria en su vida y pueden distinguir entre los sueños y las experiencias que tienen despiertos.
¿Qué os ha parecido? ¿Con qué explicación os quedáis?
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Tu psicólogo en Andújar
A&M Psicología Andújar