La depresión post parto es un trastorno que puede afectar a las mujeres después del nacimiento de un hijo, sin embargo es distinto a la tristeza post parto o “baby blues”: una depresión leve y transitoria que se da en una de cada dos parturientas. Sus síntomas son: alteración leve del estado de ánimo, falta de concentración, ansiedad, irritabilidad e inestabilidad del humor con tendencia al llanto. Se considera una reacción fisiológica normal de tipo adaptativo, en el post parto inmediato. Y remite a las pocas semanas de manera espontánea, sin necesidad de tratamiento.
La depresión post parto sin embargo, cursa con síntomas más intensos, incapacitantes y duraderos, impidiendo a la madre llevar a cabo las tareas más cotidianas. Es aconsejable el tratamiento para impedir que se haga crónica.
Sintomatología:
- Tristeza o profunda sensación de vacío. La persona experimenta un estado de ánimo negativo, ganas de llorar frecuentemente y puede experimentar baja autoestima.
- Apatía y desinterés generalizado (ausencia de motivación para hacer las cosas).
- Retraimiento de la familia, amigos o actividades placenteras.
- Molestias físicas, como dolores de cabeza.
- Menos energía y fatiga constante.
- Lentitud en movimientos.
- Dificultad para mantener la atención y retener la información.
- Trastornos de sueño (insomnio).
- Aumento exagerado de peso o pérdida de apetito.
- Fuerte sensación de fracaso o de ineptitud.
- Gran preocupación e inquietud por el bebé o falta de interés por su hijo.
- Rechazo al bebé.
- Ideas suicidas y temor a hacer daño al bebé.
- Ansiedad, angustia, inquietud, irritabilidad.
- Ataques de pánico.
- Fuertes sentimientos de culpabilidad.
En cuanto a la prevalencia, la depresión post parto se da en un 10% de las mujeres que dan a luz. Incluso se estima que esta cifra es mayor, aunque la mayoría no se diagnostican. Su ocurrencia ronda los 3 primeros meses aunque puede ocurrir incluso al año del parto.
Entre los factores de riesgo implicados en la aparición de este trastorno destacan factores tanto fisiológicos como psicológicos.
Fisiológicos:
- Existe un cambio hormonal que desencadena una alteración en el sistema endocrino:
- Durante el embarazo y en la preparación al parto, se produce un aumento en la producción de hormonas para la regulación del estrés, aumentando los niveles de corticotropina.
- Y tras el parto se produce un descenso brusco en los niveles de estrógenos y progesterona, lo que origina cambios en el estado de ánimo, parecido a los días previos a la menstruación.
- A esto hay que sumarle las dificultades propias del inicio de la lactancia y a la recuperación física tras el parto (que suele ser más dura en casos de cesárea).
Psicológicos:
- Cambio en el estilo y ritmo de vida.
- Expectativas no cumplidas.
- Preocupación por la responsabilidad adquirida.
- Temor a no hacerlo bien (sentimientos de incapacidad).
- Menor tiempo para una misma y sentimiento de perder la propia independencia.
- Sentimientos de soledad e incomprensión.
- Cansancio tras el parto.
- Falta de sueño.
- Haber sufrido depresión anteriormente.
- Antecedentes de trastorno disfórico premenstrual.
- Embarazo no planificado o problemático.
- Ansiedad en el embarazo.
- Mala experiencia durante el parto (parto traumático).
- Personalidad obsesiva.
- Estrés psicosocial.
- Insuficiente apoyo social.
- Conflictos con la pareja o familia.
- Dificultades laborales (conciliación laboral).
A esto hay que sumarle factores psicosociales que afectan a la aparición del trastorno. El ideal social del embarazo y la maternidad conlleva que si no se cumplen las expectativas previstas y los sentimientos no son ideales (de felicidad y plenitud), el sentimiento de culpa y el miedo a no estar siendo una buena madre refuerzan el bajo estado de ánimo que ocurre tras el parto.
Es muy importante que la madre entienda la depresión post parto como un proceso de adaptación a un nuevo ciclo vital. Poco a poco se van ajustando las expectativas a la realidad, y se comprueba que se va recuperando un ritmo de vida normal a medida que el bebé adquiere autonomía. La comprensión de esto y ver como el día a día evoluciona favorablemente es vital para que la madre se desculpabilice y salga del círculo vicioso culpa-depresión.
Muchas personas no entienden la depresión post parto, ya que socialmente el nacimiento de un hijo se concibe como un acontecimiento feliz. Esto hace que en las mujeres que la padecen, se acentúe el sentimiento de culpabilidad que no favorece su recuperación. Por eso es muy importante, a parte de la ayuda psicológica, rodearse de un ambiente de apoyo y comprensión. La madre no es culpable de nada de lo que está sintiendo y necesita la comprensión y el apoyo de su entorno. Hay que entender como normales esa tristeza y agotamiento, ya que todo lo que ocurre alrededor es tremendamente agotador. Normalizarlo, saber que le ocurre a muchas madres, ayuda a llevarlo mejor a la propia madre y también a la pareja y familia a entender por lo que puede estar pasando.
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Tu psicólogo en Andújar
A&M Psicología Andújar